"Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: El fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido." (Paul Valery)

CRONICA DE UN DIA INSIGNIFICANTE



Hoy es un un día insignificante de un año cualquiera.
simple como antier que hubo bondad dentro de mí
o como ayer,
cuando las mujeres de mi pueblo rezaron con sus vestidos negros
para después pecar con sus vestidos de colores
y luego sonreir al saludo del que pasó descubriendo su cabeza
o del que sólo tocó levemente el ala del sombrero
sin decir nada,
fingiendo indiferencia,
tal como paso en este día insignificante a pesar de las palabras,
a pesar de mi trino clandestino,
a pesar del canto esforzado de mi guitarra cancelada a plazos.

Hoy quisiera que este hoy fuera diferente,
sentirlo diferente,
poder decir que es diferente porque extravié la dirección de los odios
al encontrar ternura en el gesto mínimo de mi adversario,
o porque al despertar con la madrugada
hice caso omiso a la sirena que llamaba a los obreros,
a mí que soy obrero
y marco tarjeta de asistencia
y vivo con programas previamente elaborados
y dono doce horas de existencia proletaria
y doy claras muestras de supervivencia
y sueño los mismos sueños de antier
de ayer,
de hoy que es un día insignificante a pesar de todo.

(de "Canto del Proletario" - 1975) 

Al doblar la esquina




Al doblar la esquina
la muerte aguarda sin afanes
al transeúnte que aupa las pisadas
como queriendo alcanzar los linderos de su sueño

Nada presagia que al doblar la esquina
el filo de un cuchillo está esperando

Nada presagia que a sólo cinco pasos
           -como cinco fracciones de lo eterno-
una Pietro Beretta será el solo argumento del sicario

4:30 a.m.


El intruso caracol de la noche
arrastra su huella sobre los mosaicos de mi cuarto

Un desconcierto de inoportunas maracas
desgrana su cada semilla a esta hora del insomnio

Atento estoy a las señales
del día que se renovará en las ventanas
cuando el vigilante disponga de su última ronda
y parta con las últimas sombras
golpeando los talones para romper el alba
O cuando los hombres del deshierbe
pasen rumbo a los umbrales del campo
en donde el verde es batalla
y el surco de la semana es al mismo tiempo tortura y naufragio